Hoy
nos trasladamos a la capital de nuestro país vecino para conocer de cerca sus
lugares más emblemáticos y los acontecimientos más importantes que tuvieron
lugar allí.
Les
hablamos de la ciudad más demandada como destino turístico con más de 42
millones de visitantes extrajeros al año y con una población de más de doce
millones de personas. Una ciudad que se caracteriza por haber sido cuna de
muchos movimientos artísticos, pictóricos y litetarios y el centro filósofico
más importante de Europa con el nacimiento de corrientes de conocimiento como
la Ilustración.
Les hablo de París...
Uno de los monumentos de
obligada visita es, sin duda, "la dama de hierro" o popularemente
conocida como la Torre Eiffel. Esta torre, considerada símbolo universal
de París, fue construida en plena Revolución Industrial, época de progreso y
conquistas científicas. Fue quizás este motivo el que le llevó a su
constructor, Gustave Eiffel, diseñar una estructura que rompiera con el resto
de monumentos clásicos de la ciudad. Su peculiaridad más destacable es la
altura, con nada más y nada menos que 320 metros y un peso de 7000 toneladas.
Además cuenta con tres
nieveles para visitantes. En los dos primeros pisos hay restaurantes y bares,
que ofrecen al turista la posibilidad de descansar disfrutando de unas vistas
incomparables. Ya para los más atrevidos queda la opción de subir al tercer y
último piso, donde podrán apreciar a vista de pájaro todas las edificaciones
parisinas.
Muy cerquita de la Torre
Eiffel se encuentra el conocido río Sena, a través del cual podrán
disfrutar de un romántico paseo en barco que les permitirá atravesar París
mientras que contemplan los edificios y monumentos más importantes de la ciudad
como el Museo del Louvre, la Defense o Notre Dame...
Y hablando de Notre Dame,
¿recuerdan la historia de Quasimodo que contaba Víctor Hugo en una de sus
novelas? Pues es precisamente en esta catedral donde el jorobado se dedicaba a
tocar las campanas junto a unas estatuas en forma de gárgola que cobraban vida
a lo largo de su adaptación cinematográfica en la película de Disney.
Esta versión contribuyó a que Notre Dame y sus conocidas "estatuas de
piedra" se convirtieran en un mayor reclamo turístico.
Esta iglesia medieval de
estilo gótico cuenta con una majestuosa fachada de tres puertas y un interior
de dimensiones desproporcionadas con grandes ventanales y numerosas obras
artísticas.
Pero lo que especialmente
llama la atención del turista son los conocidos monstruos de Notre Dame
situados en la parte alta de la Catedral. Según la leyenda medieval estas
"criaturas" que señorean en lo alto de la fachada representan lo
demoníaco y pagano aunque realmente su función es tirar el agua de las lluvias
acumulado en los tejados.
Las plazas de París también
forman parte de la identidad propia de la ciudad y están salpicadas por
acontecimientos históricos importantes. Seguro que han oído hablar de la Plaza
du Chatelet, la Plaza de la Concordia o la Bastilla. Esta
última es una de los lugares más significativos de un momento histórico
con gran impacto mundial: la Revolución Francesa.
La Revolución Francesa fue
un hecho que despertó a miles de parisinos en contra del sistema feudal, las
instituciones o incluso la propia naturaleza humana para conseguir la
democracia y una nueva orden social. Pero todos estos logros tuvieron un precio
bastante alto que se saldó con la vida de cientos de personas que fueron
ejecutadas durante varios periodos muy violentos.
Uno de los lugares claves en
este momento histórico fue el Palacio de Versalles que se encuentra a
unos diecinueve kilómetros de París, convirtiéndose en uno de los destinos más
atractivos si se visita París. Se trata de un majestuoso palacio en el que
vivieron varios monarcas franceses hasta que se desatara la Revolución
Francesa. En su visita, el turista podrar acceder a conocer el interior del
palacio y ver sus salones o las habitaciones de los monarcas de la época,
repletos de mármoles, policromos y tapices. Una visita verdaderamente
interesante que les llevará a conocer de primera mano uno de los hechos
históricos más importantes del mundo.
Y no solo acaba aquí la visita a
Versalles, el palacio se abre a un gran terreno de armoniosos jardines
considerados como el prototipo de jardines franceses por su estilo elegante y
rico en geniales ideas artísticas. Además cuenta con un inmenso canal donde
podrán disfrutar de un paseo en barca.
Una de las anecdótas más
destacables de Versalles es la rebelión del pueblo francés en contra de la
monarquía absolutista del momento. El rey Luis XVI y su mujer María Antonieta
disfrutaban de una vida repleta de lujos generando muchas deudas en el país que
afectaba al pueblo que por aquel entonces vivía una insostenible
situación económica. La miseria y el hambre llevaron a miles de franceses a
sublevarse frente al Palacio de Versalles pidiendo la muerte de la reina quien
huye corriendo de sus dependencias hacia la capital por petición de la
multitud.
Dejando a un lado la
historia de París, tenemos que destacar la gastronomía parisina la cual se
caracteriza por el uso de productos de identidad propia como el queso, la mantequilla
o la conocida 'baguette'. En los desayunos franceses no pueden faltar
los típicos croissants o los crepes, exportados ya a toda Europa.
Aunque si algo se convierte
en un incoveniente para el turista es el elevado precio de los restaurantes parisinos,
lo cual no supone ningún problema por la cantidad de restaurantes de otras
nacionalidades allí instalados. Una zona típica repleta de locales variados y a
buen precio es el conocido barrio de San Michelle donde se da cabida a
negocios de muchos otros países que ofertan su comida típica. Se trata de un
barrio tremendamente turístico donde pueden disfrutar de una buena comida y un
paseo por sus tiendas.
Aunque si verdaderamente
quieren conocer las tiendas más sofisticadas y lujosas de país, no pueden dejar
de recorrer la conocida avenida Campos Elíseos. Allí podrán ver varios
teatros y prestigiosos restaurantes además de poder realizar compras en tiendas
de alta gama con precios poco asequibles pero las últimas tendencias en el
mundo de la moda. Un aspecto también muy destacable en esta ciudad pues ya en
el siglo XVIII, el rey Luis XVI traía a los mejores modistos a París para que
le diseñara su propia ropa. Fue así como esa moda se fue copiando poco a poco,
y cada ciudad esperaba siempre los nuevos modelos que serían mostrados primero
en París. Dicha expansión llegó a dar no sólo para gobernantes de los
diferentes países, sino también para personas de la ciudad, lo que permitió una
amplia exportación de París tanto de ropa como de perfumes. Actualmente, la
capital de Francia es referente en las últimas tendencias de moda para el resto
del mundo.
Para aquellos viajeros
interesados en no solo conocer la moda en las vitrinas de las grandes galerías,
pueden visitar el Palacio Galliera, Museo de la Moda de París.
Siguiendo
el recorrido por los Campos Elíseos, nos encontramos otro de los monumentos
míticos de la capital francesa. Se trata del Arco del Triunfo, una
estructura majestuosa construida en 1806 por voluntad de Napoleón Bonaparte en
homenaje a la Gran Armada. Las principales victorias de Napoleón son
recordadas bajorrrelieves, mientras que los nombres de sus grandes batallas
aparecen grabadas en los escudos esculpidos en el ático. Además, debajo del
Arco se colocó la tumba del Soldado Desconocido, cuya llama se reaviva noche a
noche.
Y
cambiando de tercio, si algo caracteriza realmente a París son sus museos que
dan cabida a un amplio catálogo de obras de arte mundialmente conocidas. El Museo
d´Orsay, el Centro Pompidou, Museo Rodin, Museo de la
Orangerie o el Museo del Louvre son los centros más importantes que
puedes visitar en París aunque quizás el que mayor fama tiene en todo el
mundo.
Este
museo acoge colecciones de pintura, escultura, objetos de arte, antigüedades
orientales, egipcias, griegas, etruscas y romanas. Algunas de sus obras más
demandadas por los visitantes son la Venus del Milo, el lienzo de La
libertad guiando al pueblo o la famosísima pintura de La Giocanda de
Leonardo Da Vinci. Todas estas obras de arte tienen cabida varios edificios que
forman el conjunto arquitectónico cuyas salas y pasillos marcan un recorrido de
varios kilómetros. Con lo cual, poder visitar todas las obras que el Louvre
alberga llevaría al turista a estar horas durante varios días, por eso es
recomendable hacer un planing con lo que más interese visitar en el
museo.
Y
acabamos nuestro recorrido con un paseo muy pintoresco y muy típico. Nos
traslados concretamente al barrio de Montmartre, una zona que se
convirtió en polo de atracción para todos los artistas, los cuales vivir como
bohemios significaba ante todo vivir libremente, hacer del arte su principal
razón de vida y rechazar toda imposición que llegaba de fuera. Todos los
pintores, desde el más famoso hasta el menos conocido, han dejado en Montmartre
huellas de su vida y de su arte. En la colina de esta zona se encuentra la
majestuosa basílica de Sacré-Coeur construida con una mezcla de estilos
entre románico y bizantino y desde la cual se pueden ver un amplio panorama de
París y sus alrededores.
Este barrio acoge, a su vez,
el conocido Moulin Rouge, un club nocturno parisino con actuaciones de
cabarets y teatros que servía como diversión para el público femenino y
masculino de la alta sociedad de la ciudad a finales del siglo XIX y principios
del siglo XX.
Finalizamos aquí nuestro
viaje por las calles parisinas y sus majestuosas edificaciones. Esperamos que
hayan disfrutado del recorrido y que nos acompañen en nuestro siguiente destino
por otras ciudades del mundo pero recuerden....
Siempre nos quedará París.
La grandilocuencia de una época tiene su ejemplo más claro en esta ciudad. Qué buen paseo para el que no ha podido disfrutar aún de sus calles... espero ir pronto, y más ahora, que ya tengo una breve guía con esta entrada de tu blog.
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